miércoles, 12 de agosto de 2009

Comidas y Cenas

A la hora de hacer dieta, dos de los puntos complicados suelen ser la hora de comer y cenar. Bien porque a la hora de comer nos quedamos con hambre y solemos pecar comiendo un poquito más, o bien porque a la hora de cenar nos solemos quedar cortos consumiendo una pequeña cantidad de comida, muchas veces no adecuada tampoco en composición (un yogur, un vaso de leche con cereales, etc.)

Ambas tomas, tanto comida como cena, siempre deben estar compuestas por dos platos y un postre. Sobra decir que siempre acompañado por agua, sin limitación de cantidad, y no por refrescos (ni aunque sean “light” o sin azúcar) u otro tipo de bebidas.

Debemos tener en cuenta de que el hecho de que haya dos platos es por variar el aporte de alimentos y nutrientes ha estas horas. Hay que ser conscientes de que nunca podrán ser ninguno de los dos del mismo volumen que si comiéramos un plato único. Por lo tanto, se trata de comer un poco de primero, un poco del segundo y después el postre. Como hemos dicho antes, acompañado por agua y pan. Respecto al pan, normalmente se pueden consumir unos 30-40 gramos de pan, es decir, 3 o 4 dedos de pan; preferentemente integral o cereales, evitando aquellos que llevan semillas por encima o en su composición, como por ejemplo pipas.

Los primeros platos siempre serán compuestos por pasta, arroz, verduras y/o patata. Al estar en un proceso de pérdida de peso siempre elegiremos técnicas de cocinado bajas en grasa como la planta, el vapor, el hervido, el horneado, el gratinado, o el papillote. Evidentemente, tanto para cocinar como aliñar siempre utilizaremos el aceite de oliva como grasa de elección.

Los segundos platos serán a base de carne o pescado normalmente, siempre con una guarnición de verduras, patata o arroz (intentando no repetir arroz o patata si ya hemos comido en el primero de ellos). No haremos unas técnicas demasiado elaboradas con salsas o estofados ricos en grasa. Utilizaremos técnicas de cocinado sencillas pero sabrosas, sin caer en la repetición de la misma (normalmente, a la plancha). Para los equilibrar bien nuestro aporte de carne y pescado en la dieta, y a la vez perder peso, seguiremos una sencilla regla: SI COMO CARNE, CENO PESCADO; Y SI COMO PESCADO, CENO CARNE. Así nunca comeremos más carne que pescado ni viceversa. Con respecto al pescado, para equilibrar también su consumo, un día elegiremos pescado blanco, y al día siguiente elegiremos pescado azul.

Por último, mínimo 2 veces a la semana, máximo 3, sustituiremos nuestro aporte de carne por legumbres. Es decir, si he comido a medio día un plato de garbanzos estofados (“viudos”, es decir, sin sacramento o carne), por la noche comeré pescado blanco o azul según corresponda al consumido el día anterior.

Como postre elegiremos fruta como alimento de elección. De vez en cuando se podrá sustituir la pieza de fruta para el postre por un yogur, desnatado para el caso, aunque siempre se preferirá fruta para los postres de comida y cena, y los yogures para medias mañanas y meriendas (NUNCA PARA DESAYUNO O CENAS).

Consejo: comer 2 platos en la comida y cena, comiendo un poco del primero y un poco del segundo, con la composición indicada, acompañado de pan y agua (el pan no se puede dejar sin comer, aunque pensemos que “engorda”), y como postre fruta ayuda a adelgazar fácilmente, sin sentimiento de limitación de la comida y sin ansiedad.

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